jueves, 31 de julio de 2008

La linea 5 en Madrid, la verde en Sao Paulo


Un hombre ha subido al metro en Núñez de Balboa y ha pedido permiso para cantar. Nadie se lo ha dado, pero tampoco nadie le ha dicho que no. En cuanto las puertas se han cerrado a su espala se ha puesto a soplar la armonica y a tocar la guitarra. La musica sale de un amplificador del tamaño de una nevera de camping.


Otro hombre ha subido al metro en la estacion de Mooca. Vende revistas de cocina que cuestan en el quiosco 3,5 reales a 1 real. Anuncia a los cuatro vientos que quien la compra aprende a asar pescado con salsa de leche de coco.

A veces me confundo y no sé dénde estoy.

Hoy me conformo con cocinar tortilla de patata en Sao Paulo mientras escucho a los Skank. Cualquier cosa por olvidar que esta noche toca Joao Gilberto a unos metros de aqui y no he conseguido entradas.

jueves, 10 de julio de 2008

Del diario de Olivia II


"Charlie no se llamaba así. Charlie fue el nombre que elegimos para denominarle porque, fonéticamente, era lo que más se parecía a Yiang Yieng, al menos aquella noche de diluvio alcohólico.
Yiang Yieng tenía un bar musical en un hutong de Beijing. Al atardecer, cuando el barrio estaba a punto de dormir, él sacaba su guitarra acústica y se ponía a tocar canciones de Bruce y de los Roling y hasta de Chuck Berry.
La noche que decidimos llamarle Charlie, Ana y yo habíamos bebido varios vodkas con hielo. En la pequeña terraza del bar llamaban la atención dos mujeres occidentales que fumaban como piratas y reían sin cesar. Pronto se hizo un pequeño grupo: tres hombres, incluido Charlie, y nosotras. Charlie tocó un par de canciones, nos sirvió un plato de peanunts y se dejó fotografiar como un adolescente. Le prometimos enviar las fotos y nos despedimos.

Nunca lo hicimos, lo de enviar las fotos, me refiero, pero al regresar al Madrid apareció un gatito con ojos rasgados, feo y golfo. Ana le dio el nombre de Charlie y yo el cobijo de Chueca.

Un año después he leido Rabia, de Sergio Bizzio. No sé por qué extraña conexión vinculo las guitarras de Chuck Berry y la marcha de Charlie al portal número 33 de la calle, donde vive Rosie - gata y blanca, cómo no-, con "Rabia", una abrupta historia de amor, ruido y furia.
Voy a pasar la noche con Tsutsui. Mañana les cuento.

miércoles, 9 de julio de 2008

Naturaleza infiel



Charlie se ha ido. Desde hace unos días no aparece por casa, ni siquiera a comer.

Charlie es un golfo, no puedo negarlo, pero no es normal que no haya vuelto desde el lunes. He preguntado en el bar de Los Jiménez si podían echar un vistazo al patio interior. Por si se hubiera caído, le he dicho a la camarera. Charlie se suele largar por los tejados cuando me levanto para ir a trabajar y pasa todo el día fuera. Hasta ahora era un tema que no me preocupaba. Al fin y al cabo sé que hay muchas gatitas blancas con las que yo no puedo competir.

Pero Charlie siempre vuelve.
Mañana pondré carteles con su foto por los portales del barrio. Por si todo fuera fruto de su naturaleza infiel.

Cristina Grande ha escrito una novela. Por dios, léanla.

martes, 8 de julio de 2008

Humo y espejos

Hay cosas que huelen a la parte de debajo de las cosas. Los trolls, por ejemplo. Los trolls se comen la vida de las personas que no son inocentes, y si un troll te pide tu vida, tienes que dársela. Sabes que, antes o después, dejará de merecer la pena vivirla.

Hay días en los que uno rendiría su alma al ataque de un troll.
Hoy no es uno de esos días. Hoy, después de ver cómo tocan los Blues Brothers, me doy una dosis de humo y espejos con Neil Gaiman.