miércoles, 30 de julio de 2014

Taxi

- O´Donnel con Doctor Esquerdo, por favor.
- ¿Bajo por el túnel?
Lo dice como si tú supieras si es mejor ir o no por el túnel.
- Cualquier cosa que me garantice que pasamos por el Retiro- contestas. Y corroboras que tienes salidas para todo.
- Entonces, por el túnel.
- ¿Le molesta que baje un poco la ventanilla? Hace calor esta noche.
- Puede bajarla entera.
Y la bajas entera, por supuesto, porque no te gusta nada eso de querer y no poder.
¡Qué bueno el viento!, piensas.
- A mi también me gusta que entre aire por las ventanillas -, comenta el taxista.
Y sin más, el tipo que conduce rápido y decidido, y que le gusta que el aire entre por las ventanillas del coche, conecta el i-pod a los altavoces y lanza al aire, que entra y sale empecinado por esas ventanillas, una canción barroca de las que canta la Bertolli y que escribió el Sallieri.

Crees que es cosa de los dos el no hablar. (No hablo del silencio, hablo del no hablar, de cuando tienes todo que decir y decides no decir nada. Eso pasa con poca gente).
- El Retiro.
- Ya.
Y haces una foto.
- Mejor en movimiento- corriges, cuando hace ademán de frenar.
Me gusta la velocidad, piensas.
- A mi también me gusta correr - dice.
Y el tipo acelera, corrige en cada trazada -como debe corregir un conductor- y vacía el depósito del coche poniendo el Auris a 90 en vía de  50.
- Primera a la derecha y, después, primera a la derecha.
- ¿Por Salitre?
- Por Salitre.

Abres la puerta de casa, enciendes la luz y saludas al gato.
Le rascas la tripa y murmuras que la noche ha estado bien.
Enciendes el ordenador, metes dos bikinis en la maleta, eliges la ropa que serás capaz de llevar las próximas 18 horas de trabajo y llamas a la emisora de los taxis que contrata la empresa:
- Para su seguridad, esta llamada va a ser grabada. Si necesita un taxi para el momento, pulse 1.
Pulsas 2.
- A qué hora se lo envío.
- Seis treinta y cinco, por favor.
- ¿Teléfono para que le llamemos?
- Estaré en la puerta.
- ¿Me dice el número de abonado? Esquina superior derecha de su recibo.

Cuando cuelgas pinchas en al ordenador de Fer "La fuerza de la costumbre". Luego, cuando termina la canción, sueñas que caminas por el Retiro, a gran velocidad, mientras canta la Bertolli, en directo, y canta sólo para ti.
Madrid, a veces, solo es un viaje en taxi.
Madrid es mucho Madrid.